Nota de la CEE sobre el matrimonio y el fallo del Tribunal Constitucional
Nota sobre el matrimonio y el fallo del Tribunal Constitucional
El Tribunal Constitucional ha avanzado anteayer el sentido
de una sentencia, que publicará próximamente, en la que resuelve que la actual
legislación española sobre el matrimonio es conforme a la Constitución. Ante la
trascendencia de este fallo, recordamos brevemente la doctrina católica, sin
perjuicio de que, cuando sea conocida la sentencia, sean necesarias más
precisiones.
1. La legislación actualmente vigente en España ha
redefinido la figura jurídica del matrimonio de tal modo, que éste ha dejado de
ser la unión de un hombre y de una mujer y se ha transformado legalmente en la
unión de dos ciudadanos cualesquiera, para los que ahora se reserva en
exclusiva el nombre de "cónyuges" o de "consortes".
De esta manera se establece una insólita definición legal del matrimonio con
exclusión de toda referencia a la diferencia entre el varón y la mujer. Los
españoles han perdido así el derecho de ser reconocidos expresamente por la ley
como "esposo" o "esposa" y han de inscribirse en el Registro
Civil como "cónyuge A" o "cónyuge B".
2. Por tanto, no podemos dejar de afirmar, con dolor, que
las leyes vigentes en España no reconocen ni protegen al matrimonio en su
especificidad. Por ello, convencidos de las consecuencias negativas que se
derivan para el bien común, alzamos nuestra voz en pro del verdadero matrimonio
y de su reconocimiento jurídico. Todos, desde el lugar que ocupamos en la
sociedad, hemos de defender y promover el matrimonio y su adecuado tratamiento
por las leyes. Es el momento de leer de nuevo la reciente Instrucción Pastoral
de la Asamblea Plenaria de nuestra Conferencia Episcopal titulada La
verdad del amor humano. Orientaciones sobre la verdad del amor conyugal, la
ideología de género y la legislación familiar, aprobada el pasado
26 de abril y publicada el 4 de julio.
3. No es de nuestra competencia hacer juicios sobre la
pertinencia jurídica de las sentencias de los tribunales. Es, en cambio,
nuestra obligación ayudar al discernimiento acerca de la justicia y de la
moralidad de las leyes. En este sentido, debemos reiterar que la actual
legislación española sobre el matrimonio - con independencia de que sea o no
conforme a la Constitución - es gravemente injusta, puesto que no reconoce ni
protege la realidad del matrimonio en su especificidad. Es, pues, urgente la
modificación de la ley con el fin de que sean reconocidos y protegidos los
derechos de todos en lo que toca al matrimonio y a la familia. Pensamos, en
particular, en el derecho de quienes contraen matrimonio a ser reconocidos
expresamente como esposo y esposa; en el derecho de los niños y de los jóvenes
a ser educados como esposos y esposas del futuro; y en el derecho de los niños
a disfrutar de un padre y de una madre, en virtud de cuyo amor fiel y fecundo
son llamados a la vida y acogidos en una familia estable. Ninguno de estos
derechos es actualmente reconocido ni protegido por la ley.
Que María Santísima cuide de las familias e interceda por
los gobernantes, sobre quienes pesa el deber y a quienes compete el servicio de
ordenar con justicia la vida social.
Madrid, 8 de noviembre de 2012